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La Llorona - The Tears of Evil es una película de terror de 2019 dirigida por Michael Chaves, protagonizada por Linda Cardellini y Raymond Cruz. La historia se desarrolla en 1973 en Los Ángeles, donde vive Anna Tate-García (Linda Cardellini), una trabajadora social que se quedó viuda tras el asesinato al servicio de su marido policía. Tiene dos hijos, Samantha y Chris (Jaynee-Lynne Kinchen y Roman Christou), y vive las dificultades de una madre soltera que tiene que gestionar su trabajo sin descuidar a su familia. Entre los casos que trata está el de Patricia Álvarez (Patricia Velásquez), una madre que está siendo seguida por los servicios sociales por tener a sus dos hijos encerrados en un armario sin motivo aparente. Patricia advierte a Anna que hay un espíritu peligroso que vaga en busca de niños para secuestrar, y así justifica el acto extremo de haber segregado a sus hijos con la intención de protegerlos. Anna no le cree, pero pronto se encuentra lidiando con sucesos aterradores e inexplicables, al darse cuenta de que sus hijos están en grave peligro.
De hecho, la confesión de Patricia no es fruto de las visiones de una madre loca, pero es real: el espíritu maligno de la Llorona (interpretada por Marisol Ramírez), la mujer llorando, pertenecía a una mujer con un destino terrible, que en México en 1673 mató a sus hijos ahogándolos en un río en venganza por la traición de su marido; luego, presa del remordimiento y la desesperación, se ahogó, entre gemidos inconsolables. Su espíritu quedó atrapado en una dimensión suspendida, como castigo por el horrible acto realizado, y desde ese momento la mujer vaga atrayendo con sus lágrimas a niños desprevenidos para ser secuestrados, tratando de llenar el vacío dejado por sus hijos. Con el paso del tiempo, su voracidad se ha desmesurado y sus caminos son cada vez más despiadados y crueles. Anna recibe ayuda del padre Pérez (Tony Amendola) y un místico que mantiene a raya a las fuerzas del mal con sus prácticas, tratando de no sucumbir al horror y decidida a salvar a sus hijos a toda costa.
De hecho, la confesión de Patricia no es fruto de las visiones de una madre loca, pero es real: el espíritu maligno de la Llorona (interpretada por Marisol Ramírez), la mujer llorando, pertenecía a una mujer con un destino terrible, que en México en 1673 mató a sus hijos ahogándolos en un río en venganza por la traición de su marido; luego, presa del remordimiento y la desesperación, se ahogó, entre gemidos inconsolables. Su espíritu quedó atrapado en una dimensión suspendida, como castigo por el horrible acto realizado, y desde ese momento la mujer vaga atrayendo con sus lágrimas a niños desprevenidos para ser secuestrados, tratando de llenar el vacío dejado por sus hijos. Con el paso del tiempo, su voracidad se ha desmesurado y sus caminos son cada vez más despiadados y crueles. Anna recibe ayuda del padre Pérez (Tony Amendola) y un místico que mantiene a raya a las fuerzas del mal con sus prácticas, tratando de no sucumbir al horror y decidida a salvar a sus hijos a toda costa.
